5 mitos románticos sobre las películas de amor
Actualizado por última vez en: 16 abril, 2018
Las películas de amor se han convertido en un género que mueve millones de dólares y agita millones de corazones en todo el mundo.
Todos nos hemos quedado en algún punto prendados con los protagonistas de una peli romántica. Esa pareja de enamorados que a pesar de las adversidades consigue hacer flotar su bonita historia de amor.
Y es que lo que une el destino, según hemos aprendido en las rom coms (comedias románticas) de Jennifer Aniston o Angelina Jolie, no puede ser fracturado.
La vida real es otro cantar, pero siempre nos aferramos a esas fantasías.
Muchas solteras sueñan con una historia como la del príncipe Harry y Meghan Markle, pero ni el hombre ni la mujer perfecta existen. Ni tampoco los romances de película.
Creer en el amor es esencial, pero hay que ser realista si no se quiere llevar un buen fiasco.
Hemos recopilado un Top 5 de los mitos amorosos de las pelis románticas.
No hay nada como el primer amor
Es cierto que tu primera experiencia amorosa no se olvida. Ese deseo, esas risitas nerviosas, ese primer beso… Todos recordamos la ternura que desprendían Macaulay Culkin y Anna Chlumsky en “Mi Chica” (1991).
Pero hay vida más allá de la primera historia romántica y en las pelis suele ser mucho más memorable.
En la vida real el amor no entiende de edad. De hecho, mucha gente no se enamora de verdad hasta pasado unos años junto a alguien o incluso después de haber tenido varias parejas. Así que no necesariamente el primer amor lo tiene que ser todo.
El amor a primera vista existe
Existen dos tipos de pelis de amor: aquéllas en las que los protagonistas se odian, tienen que pasar tiempo junto y acaban cogiéndose cariño poco a poco y perdiendo los vientos por el otro y aquéllas en la que los personajes principales, por caprichos del destino, enloquecen a la primera de cambio e inician un romance a primera vista.
Una mirada con un extraño en el vagón del metro o una estúpida coincidencia al coger el mismo libro de la estantería de la biblioteca que acaba convirtiéndose en una aventura amorosa sin precedentes.
¿Qué hay de la vida real? En una de nuestras crónicas de Mito o Realidad pusimos al descubierto que muchos españoles fantasean con la idea de enamorarse a primera vista, pero el número de pareja que actualmente lo hacen es bastante reducido.
Todo lo que quieres saber de tu cita está en un beso
Besar a tu cita por primera vez lo puede cambiar todo y todo depende del escenario y la pasión y la delicadeza con que lo hagas.
En las mejores películas de amor todo se define con un beso -no necesariamente el primero- en el lugar y momento adecuado.
Hay besos de película que nos hicieron estremecer. ¿Quién no se ha emocionado viendo a los personajes de Ryan Gosling y Rachel McAdams besándose apasionadamente bajo la lluvia tras años separados en “El Diario de Noa” (2004)?
En la vida real es más difícil protagonizar esas escenas de amor tan épicas, pero sí que es cierto que un beso es un acto íntimo significativo que puede marcar un ante y un después.
La magia que se ponga en hacerlo ya depende de lo romántica que sea cada pareja.
Siempre hay tiempo para el arrepentimiento
¿Qué sería de las películas de amor de Julia Roberts si no hubiese un enredo en mitad de la historia y tras un giro más que previsible en el guión, los personajes acabasen reconciliándose y tuvieran un desenlace feliz?
“La Boda de mi Mejor Amigo” (1997) o “Pretty Woman” (1990) son buenas pruebas de ello.
Esas confusiones entrañables son uno de los sellos inconfundibles de las rom coms, pero en el mundo real las desavenencias de pareja no siempre tienen un buen final.
En la vida real, si un colega tuyo te tiene loca e interfieres en su relación de pareja lo más seguro es que pierdas su amistad para siempre, eso sino también se rompe tu círculo social por completo.
¡Mejor no arriesgar por un capricho pasajero!
Felices para toda la vida
En contadas ocasiones una película de amor ha acabado en desastre. Por muy complejos que sean los giros argumentales, la pareja siempre termina unida y más fuerte si cabe.
Hasta en pelis con final dramático como “Titanic” (1998) te dejaban con ese sentimiento de querer salir a la calle y enamorarse hasta las trancas sin pensar que el futuro pueda quitártelo de forma desgarradora.
Pero una cosa es lo que se desea con respecto al amor y otra muy diferente es la actitud para hacer que una relación de pareja realmente funcione.
Abrir los brazos a Cupido puede ser relativamente sencillo, pero los momentos de felicidad dentro de una pareja son puntuales.
Para que una relación de pareja funcione en la vida real hay que estar dispuesto a disfrutar del amor, pero también saber sobrellevar los altibajos.
Si eres capaz de estar en los momentos difíciles con la persona que amas, tal y como hizo Jack (Leonardo DiCaprio) con Rose (Kate Winslet), más fácil será que tu historia sea tan memorable como la de una película de amor.